Este mes volvemos a contar con la crítica de “Contemplación relajada de una obra de arte”, que es cedida totalmente al autor de la obra, y sumándose al contexto de este blog, no llevará firma, estos trabajos pueden ser libremente usadas por el autor, incluirlas en su currículo, web, blog,… o publicitarlas como considere oportuno, pudiendo indicar que pertenecen al apartado de críticas de este blog.
Las críticas se publicarán el día 5 de cada mes, aproximadamente, eligiendo las obras de forma indeterminada y procurando que se beneficie de este trabajo el mayor número de autores.
La elegida este mes es la de María Antonia Rodríguez Navarro, "En el fondo del mar", acuarela, rotuladores acuarelables Bic y acualineblanco, sobre papel Rembrandt, 13.5x 18 cm.
Contemplación relajada de una obra de arte:
La ilusión de la ilusión, en eso parece querer meternos su autora con este trabajo.
Como dos ojos iridiscentes estas canicas fugadas de unas regordetas manos infantiles parecen mirarnos desde la noche, parecen buscar nuestra complicidad para el juego, que por nuestros educado miedos adultos evadimos, temerosos de lo sencillo, de lo oscuro y nos queremos refugiar en lo certero que no encontramos.
Por fin en nuestra búsqueda leemos, “En el fondo del mar”. Pero que torpes, cómo volvimos a caer en la trampa de Saint-Exupéry, y solo ver el sombrero, pero que torpes.
Por fin el mar nos libera, su inmensidad y belleza, nos absorbe, y ya provistos de nuestra caña de snorkel, nos dejamos llevar, mecer, por la olas de nuestros recuerdos infantiles y vemos el brillo de las esferas de cristal rodeadas de algas y arenas, compitiendo con el de las escamas de los peces de mil colores, y nos quedamos absorto de tanta belleza y con las ganas de rememorar a Sméagol recuperando este tesoro del fondo de las aguas.
En lo técnico vemos una acuarela muy mojada en la que se ve la mano de quien usa los trucos propios de la técnica con maestría, unos toques para el efecto del agua y unos arratres en las plantas, con buena transparencia y mezcla del color sobre el papel. La triada de antagónicos rojo, azul y amarillo y sus secundarios, usada con equilibrio consigue fuerza que no estridencia, para en una compasión formal obtener el resultado deseado. Un trabajo bien ejecutado que atrae nuestra atención en la búsqueda de lo sensorial, lo cual es un gran éxito.
GRACIAS POR EL COMENTARIO,POR SER COMO SOIS Y POR EL TRATO AMABLE Y DESINTERESADO QUE DAIS A LOS PARTICIPANTES EN VUESTRO BLOG:UNA IDEA,MUCHO ARTE.